El recelo en la Novela Romántica


No podemos reprocharle nada, no tenemos evidencias, le amamos, pero hay algo, una intuición, algo que no encaja y no nos permite confiar plenamente.

No se tratan de celos, no, no es otra persona, puede ser un comportamiento que no comprendemos, algo en su mirada, en su lenguaje corporal, una incongruencia que nos produce un sentimiento de inseguridad y nos hace temer, en el caso del amor, una decepción primero y un dolor después, tal vez mezclado con vergüenza por ingenuo.

A veces lo más duro no es sospechar de los motivos del otro, lo peor es cuando tampoco podemos confiar en los propios, entonces comenzamos a temer que nos estemos aferrando a un espejismo.

 La asimetría del amor, de Palmira Blum

 «Tenía que aceptarlo, Ada no era de fiar, no se iba a confiar nunca, no sabía si era por su miedo a comprometerse, a que la rechazaran como decía o a que era así de inconstante, la cosa es que las señales estaban claras, ni se había comprometido con Germán seriamente ni con él tampoco. Hace nueve años lo dejó con una excusa y corrió tras de Germán al que acababa de dejar y ahora estaba haciendo lo mismo. ¿A quién era leal?»

 El apagón, de Linda Howard

 «Alzó los ojos y descubrió que él la estaba mirando. Sin apartar la vista, Quinlan se deshizo el nudo de la corbata y se la quitó. Después se desabrochó la camisa hasta la cintura, y se subió las mangas. Eran acciones lógicas, prácticas, pero la visión de su pecho velludo y musculoso, junto con su duro estómago, causaron una reacción en ella que poco tenía que ver con el sentido común.

–¿Por qué no he quitas las medias? –sugirió Quinlan en voz baja, suavemente–. Tienen que darte muchísimo calor.

Era cierto. Elizabeth dudó, y luego decidió que las medias de nylon no la protegerían de él. Era decisión suya. Quinlan no era un violador. Si ella decía que no, el jamás la forzaría. Nunca había temido tal cosa. Su único miedo estribaba en no ser capaz de decirle que no.»

Hay infinidad de pasajes en nuestras novelas románticas favoritas que nos transmiten este recelo.

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