¿Por qué volvemos a "reeducar" a la mujer con la NR?
Foto de César Sánchez Cano |
El origen y el destino de la novela romántica siempre fue el
de emocionarnos y excitar nuestras fantasías, ya fueran románticas ya fueran
eróticas. Acudíamos a ellas, algunas de vez en cuando y otras en exclusiva para
disfrutar y fantasear un rato no para recibir educación, salvo en determinadas
épocas de las que quizás muchas no queramos formar parte.
¿Necesitamos educación o emocionarnos? ¿Necesitamos un corsé o fantasear?
Las que leíamos romance de los 90's pensábamos que ya por fin dejábamos atrás
esos empeños de educarnos a través de las novelas, de encarrilarnos, de
decirnos cómo; pero no amigas, ya sea para reprimir nuestra sexualidad y
fomentar nuestra obediencia, ya sea para DESMESURAR nuestra sexualidad y
fomentar nuestra obediencia (a un tirano o a otro), la conclusión es que
"por nuestro bien" siempre nos dejamos comprimir el carril por el que
tenemos que transitar.
¿Con qué tipo de hombre fantaseas tus historias románticas? ¿Cómo te gustaría
que fuera "antes" de ti y "después" de ti? ¿Qué querrías
significar para él? ¿Qué huella dejarías en su vida, y él en la tuya?
A todos nos gustan las historias, nos gusta fantasear y a muchas de nosotras
nos gustan las de amor. Una idealización del proceso de enamoramiento entre las
que se entretejen muchas realidades, dependiendo de la profundidad que le de
cada autora y que se quedan dentro del libro una vez que este se cierra para
continuar nuestra vida real, que no es ni más pobre ni más rica que la de los
demás: la ficción no crea la realidad, tan solo nos ayuda a transitarla.
¿Y tú qué opinas?
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